viernes, 2 de noviembre de 2012

¿Deben los ministros del Ambiente escuchar a las piedras?


Un excelente artículo que no hace sino recordarnos que estamos siendo gobernados por los intereses de quienes siempre se han interesado en amasar fortuna personal y hacer que esta se incremente ad infinitum a costa del sufrimiento y la marginación de las mayorías aturdidas siempre por la propaganda embrutecedora que destilan cada día en forma atosigante a través de los medios de comunicación que manejan (léase todos, con honrosas excepciones como La Primera). Lea y difunda, por favor. 

Por : Eduardo Gudynas en Diario La Primera 02/11/2012.
Muchas veces se ha celebrado que los ministros de Economía “escuchan” al mercado. Esta era una virtud muy apreciada en tiempos de reformas neoliberales, casi una sensibilidad milagrosa, que solo se encontraba en unos pocos privilegiados que podían comprender los “mensajes” que emitía el mercado.
En casi todos los países se podía encontrar al menos un ministro de Economía que supo escuchar esos mensajes del mercado. Ejemplos muy conocidos han sido Pedro Pablo Kuczynski en Perú, Domingo Cavallo en Argentina (bajo las presidencias de Carlos Menem y Fernando de la Rúa), o Sergio de Castro (el padre de las reformas de mercado Chilenas aplicadas por A. Pinochet).

Más común son los pedidos de “escuchar al pueblo”. Se entiende que es una tarea que intentan el presidente y varios ministros, desde el de Trabajo al de 
Educación. Pero a pesar de esos intentos, son muchos los que desde ese pueblo repiten una y otra vez que no se los escucha.

Por momentos esta contradicción pasa desapercibida: hay ministros de Economía que aseguran encontrar mensajes en una entelequia como el mercado, pero en otros ministerios no logran comprender los reclamos que hacen personas concretas y en nuestro propio idioma.

Frente a este estado de cosas me pregunto: ¿a quiénes debe escuchar un ministro del Ambiente? Muchos dirán que debe atender a las comunidades locales que sufren por los impactos ambientales. Eso es cierto, pero la respuesta es insuficiente. Es que un ministro del Ambiente tiene una tarea que no se repite en otras secretarías: debe asegurar la protección de la Naturaleza. Por lo tanto, debe escuchar y comprender los mensajes que provienen de nuestro marco natural.

Actualmente, en 
América del Sur, varios ministros del Ambiente ya no saben escuchar a la Naturaleza, pero en cambio atienden al mercado. Justifican sus decisiones de acuerdo a razones económicas, como los beneficios en exportaciones o inversiones. Pero su mandato no es salvaguardar al mercado, sino proteger a la Naturaleza. 

Todo ministro del Ambiente debería escuchar a la Naturaleza, y en especial en 
Perú, dada su herencia cultural donde cada piedra habla, tal como relata el joven Ernesto en Los Ríos Profundos de José María Arguedas. Cada roca es diferente y todas ellas se están moviendo. Los actuales ministros del Ambiente, ¿saben escuchar a las rocas? ¿Están dispuestos a aprender a entenderlas?.