Mamani Colquehuanca Moisés, aymara,
48 años, puneño del distrito de Moho, congresista fujimorista en ejercicio, con
serias dudas en relación a haber concluido estudios primarios, secundarios y
universitarios, estos últimos inicialmente no declarados en su hoja de vida,
pero que luego fueron acreditados, sabe Dios con que objeto, pues no eran
requisito.
Mamani, a secas, hoy por hoy,
protagonista de la caída del jefe del super cacareado “gobierno de lujo”, en
realidad lobbyerno, del hoy ex – presidente constitucional de la república
Pedro Pablo Kuckzinsky Godard.
¿Es posible sacar algunas conclusiones
positivas de una situación tan grotescamente disparatada a simple vista, que no
sean las relacionadas a los delitos en los que hoy están involucrados ambos
personajes directamente relacionados por la historia reciente?. Creo que sí.
Veamos.
Mamani es el representante de miles,
por no decir millones de peruanos marginales, que durante la época republicana,
de la cual nos aprestamos a celebrar – que vergüenza – doscientos años, han
sido marginados de la peor manera por un estado hipercentralista, que les ha
negado – les niega – a los peruanos del Perú profundo de la costa, sierra y
selva, las oportunidades para poder realizarse como lo consagró nuestra primera
Carta Magna y lo siguieron haciendo las que le han sucedido, pero para mal de
nuestras culpas, solo como un remedo que nos haga parecer civilizados demócratas,
jamás para honrar lo allí establecido.
Mamani, de alguna manera, es el
grito desesperado de ese Perú Informal que se ha negado a desaparecer y que le
muestra al Perú de los blanquitos de cuello y corbata, y por extensión a todos
nosotros, que cuando no le dan las oportunidades, las toma para garantizar su
supervivencia.
Mamani pudo apellidarse Oviedo,
el de la Federación Peruana de Fútbol que ha llegado allí para reclamar su cupo
en el Perú Formal y hasta ha tenido la suerte de que en su periodo nuestra
selección vaya al mundial, pero claro, a él nadie le ha preguntado en que
escuela y colegio concluyó sus estudios y si recuerda los nombres de sus
compañeros, porque al fin de cuentas él ha sabido hilvanar bien sus contactos
en el Perú Formal y hasta ha logrado que el congreso fujimorista apruebe una
ley que le va a permitir “dobletear” en la presidencia de la FPF.
En mi vida y de cerca he conocido
por lo menos a tres “Mamanis” que levantándose desde la más absoluta indigencia
social y económica lograron insertarse con éxito en el Perú Formal. Uno de
ellos fue mi abuelo que siendo yanacona analfabeto de una importante hacienda
ayabaquina, logró adquirir parte de ella pasando a ostentar el envidiable estatus
de “hacendado“ y que fue después expropiado por la reforma agraria. El otro, el
de un comunero de Sapillica que de ser un desheredado y casi analfabeto peón en
las parcelas de la naciente colonización San Lorenzo, se hizo comerciante y se
convirtió en el principal agente económico de dicho distrito.
Finalmente es importante mencionar
a quien es hoy el re-reelecto alcalde provincial de Ayabaca, quien de ser un
pequeño agricultor de un caserío del distrito de Lagunas, se ha convertido, a
nivel regional, - a pesar de sus limitaciones pues sólo tuvo la oportunidad de
cursar el tercero de primaria, - en el alcalde con más periodos de ejercicio en
la función pública (casi 28 años ininterrumpidos).
Hoy que tenemos la esperanza de
que es posible retomar el camino de la decencia, a pesar de la malhadada
Comisión de Ética del Congreso que sigue blindando a sus acólitos, esforcémonos
para lograr que la educación de calidad y la igualdad de oportunidades desde el
Estado Peruano llegue al rincón más apartado de la Patria, sin dejar de
expresar que los rincones “más apartados de la Patria”, pueden estar en los
lúgubres asentamientos humanos de la gran Lima, a escasos metros del palacio de
gobierno, en los caseríos rurales de nuestra amplísima costa, o de nuestra amplísima
y gélida serranía o, en fin, en un pueblito cubierto por el verdor inmensamente
hermoso como saqueado de nuestra Amazonía. La tarea, también y principalmente
es nuestra.