Amigos, estuve ayer en un apartado pueblo de la sierra de Piura, La Coipa, El Carmen de la Frontera, Huancabamba, donde la pobreza y el abandono en que se encuentran este y muchos pueblos aledaños más lacera el alma; sin embargo vemos como nuestros recursos -de todos los peruanos, incluídos aquellos indefensos niños que ayer vi - son dilapidados con la complicidad de los buitres de siempre. Necesitamos un Estado más fuerte que haga respetar a sus ciudadanos. No a la depredación de nuestros recursos naturales.Por favor lea, reflexione y difunda.
Por : Pedro Francke en La Primera del 15/04/2013
Las cifras son de terror. El 2012
se produjeron 846 mil toneladas de harina de pescado, pero se exportaron 1
millón 320 mil. ¡473 mil toneladas más! ¿Cómo se puede exportar lo que no se ha
producido? De ninguna manera, claro, lo que sucede es que las empresas reportan
menos producción de la real, para mantenerse dentro de los límites de captura
existentes.
El gobierno está dispuesto a
mejorar el Decreto Supremo 005-2012-PRODUCE, orientado a la protección de las
especies marinas de consumo directo, mediante la regulación de la pesca de
anchoveta, pero esa política será profundizada, afirmó la ministra de la
Producción, Gladys Triveño, objeto de una intensa campaña mediática y política
empresarial.
Las 473 mil toneladas “perdidas”
equivalen a unos diez mil grandes camiones llenos, que simplemente “se les
pasaron” a nuestras autoridades. ¿Se trata de pequeñas empresas, informales,
difíciles de fiscalizar? No, las grandes empresas asociadas en la Sociedad
Nacional de Pesquería, apenas una decena, responden por el 90% de las
exportaciones, que suma 2,300 millones de dólares, no es moco de pavo.
IDL-Reporteros hizo una
investigación unos meses atrás, y encontró que las grandes empresas habían
subreportado pesca por más de 100 millones de dólares.
Mientras crece la exportación de
harina por parte de grandes empresas, el pescado en la mesa popular se hace más
difícil de conseguir y sube de precio. Una de las principales razones es que
las grandes empresas de pesca tramposamente se meten a sacar pescado para
harina en las zonas cercanas a la costa, arrasando de paso con todas nuestras
ricas especies que sustentan ceviches, sudados, y escabeches.
Apenas 2 por ciento de la pesca
de anchoveta es realizada para que se destine al consumo humano. Pero a pesar
de ese ínfimo porcentaje, cuatro quintas partes de esa anchoveta que se supone
es para consumo humano, termina en las fábricas harineras. La anchoveta que
termina en la mesa popular es solo el 0,4 por ciento.
Las grandes fábricas harineras,
además, operan prácticamente sin controles ambientales, contaminando el aire
–basta estar cerca para percibir el olor , y también el mar, pobre bahía de
Chimbote–.
¿Qué hace el Estado frente a
esto? El Estado noruego ha comprado una de las principales empresas del rubro.
El estado peruano apenas si intenta débilmente defender un poco a la pesca
artesanal, lo que viene siendo resistido por pesados lobbies. En cuanto a
políticas ambientales y de mejor distribución de la renta pesquera: cero.
Es hora de enfrentar en serio el
extractivismo pesquero, priorizando la alimentación popular, poniendo impuestos
especiales y resguardando el ambiente.
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