Por considerarlo de gran interés se publica para su lectura y difusión. Gracias
Por: Rocío Silva
Santisteban en el Diario La República
Martes, 26 de agosto de 2014 | 4:30 am
Me llamó la atención que la semana
pasada Ricardo Vásquez Kunze, muy indignado en Canal 10 –RPP, cuestionara a la
CONFIEP y a su representante Alfonso García Miró, por haber sostenido que el
proceso de aprobación del Gabinete Jara en el congreso era “sólo un trámite”.
Vásquez Kunze dijo que para tal caso debería gobernar directamente la CONFIEP
en lugar de tener un congreso de representantes. Con las grandes diferencias
que tengo con Vásquez Kunze, considero que su reclamo cuestiona la mirada
reduccionista al tecnicismo que proponen los gremios empresariales de lo que
debe de ser un gobierno. La representación política debe ser eso, política, y
no técnica. Los liberales también lo saben.
Pero no he escuchado directamente ni
a Vásquez Kunze ni a otros analistas políticos liberales cuestionar otra forma
de mermar la gobernabilidad: lo que se ha denominado las “puertas
giratorias”(revolving doors). Me refiero al mecanismo aparentemente “técnico”
por el cual funcionarios de empresas y gremios pasan a ser funcionarios del
Estado, benefician a sus empresas y gremios, y luego regresan a sus puestos
privados. ¡Y en medio hacen y deshacen políticas públicas!
Esto sucede de manera permanente en
el MINEM: 1) durante el gobierno de Alejandro Toledo, Hans Flury, asesor legal
de Southern, fue ministro; 2) durante el gobierno de AGP, Pedro Sánchez,
funcionario del Banco Mundial (con inversiones en varias empresas mineras),
también fue ministro 3) Felipe Ramírez del Pino, ex gerente de relaciones
comunitarias de Yanacocha, pasó a ser director de Asuntos Medioambientales
Mineros del Ministerio de Energía y Minas, encargado de aprobar la ampliación
del EIA de Yanacocha; 4) Ramón Huapaya Raygada, ex gerente de relaciones
exteriores de Yanacocha, pasó a ser secretario de la PCM durante el mandato de
Cornejo. Son solo cuatro ejemplos concretos de que el mecanismo se ha echado a
andar en nuestro país para beneficio de los “200”.
¿Quiénes son los 200? Me refiero a las 200 empresas que, al decir de Roxana Barrantes, directora del IEP, conforman la base dura del PIB del Perú. El crecimiento pues depende de un puñado y ahí, como ella también lo afirma, hay un juego político muy peligroso, “quienes financian la campaña y sostienen los programas sociales son los 200. Si quieres hacer un juego de toma y daca, no tienes que articular partidos…” ¿Esa será la explicación por la cual los partidos en estas elecciones (con grandes excepciones) son apenas garitas de resguardo de los intereses de sus caudillos?
¿Quiénes son los 200? Me refiero a las 200 empresas que, al decir de Roxana Barrantes, directora del IEP, conforman la base dura del PIB del Perú. El crecimiento pues depende de un puñado y ahí, como ella también lo afirma, hay un juego político muy peligroso, “quienes financian la campaña y sostienen los programas sociales son los 200. Si quieres hacer un juego de toma y daca, no tienes que articular partidos…” ¿Esa será la explicación por la cual los partidos en estas elecciones (con grandes excepciones) son apenas garitas de resguardo de los intereses de sus caudillos?
Tenemos este menú: una
institucionalidad débil, un gobierno cooptado por los intereses de los 200;
funcionarios en puertas giratorias permanentes para beneficio económico de los
200; movimientos sociales con expectativas acumuladas y frustradas por las
sucesivas “traiciones”; uso de la fuerza pública permitido al máximo sin topes
racionales (Ley 30125, DLeg 1095); crisis del gabinete ante el Congreso, un
listado de hojas de vida de candidatos que parecen prontuarios y una sensación
de impotencia generalizada que se convierte en cinismo desde el electorado.
Prepotencia, frustración, cinismo: parece el caldo de cultivo de la violencia.
Ojalá que en medio del caos surja, más temprano que tarde, una fuerza política
con líderes apoyados en una amplia legitimidad social, honestos, y que además
sepan desafiar a los 200 y a sus representantes.
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