A partir de ahora, no, de ayer, habrán dos fechas vergonzantes para
nuestro amado país: el 5 y el 10 de Abril. Sobre el primero todos los peruanos
sabemos porque y quienes no lo vivieron por la historia reciente abundante en
pruebas aportadas por los medios de comunicación, algunas de las cuales ya se
habían escapado de nuestra frágil memoria, han sido recordadas por los
patriotas en esta reciente campaña electoral, en la cual la decencia trató por
todos los medios de evitar la vergüenza que se ha concretado en una fecha, 10
de Abril, que, repito, a partir de ahora se le denominará, propongo: DÍA DE LA
VERGÜENZA NACIONAL O DE LA INDIGNIDAD.
Porque, a ver, ¿merece el fujimontesinismo que un desmemoriado país, -
que solo recuerda a sus héroes, mártires y santos porque se los imponen desde
la escuela, el catecismo y el compromiso de cumplir con el protocolo y no
porque aquilata su verdadero valor para alcanzar la construcción de una
comunidad nacional justa fraterna y solidaria -, le haya dado una mayoría
absoluta en el congreso de la república?. Si pues. Visto así, es merecida esa
mayoría, porque verdaderamente allí está representado el peruano y la
peruana “pendej@” que busca atajos para
lograr una mejora personal, caiga quien caiga, aunque el que caiga sea su
hermano. Allí está representado el alumno que coimea y el profesor que recibe
la coima, en la secundaria y en la universidad, sea ésta “de a verdad” o “de
las truchas”. Está representado allí el funcionario venal que espera ansioso al
cliente al que le ha pedido “colaboración” para ayudarle en el trámite, el juez
y el fiscal corruptos que urden leguleyadas, “interpretaciones auténticas”, o
postergaciones sin fin a ver si prescribe el delito para que el reo que previa
“aceitada” se convirtió en “su cliente”,
pase piola sea absuelto o logre una condena benévola que le permita seguir
consumando fechorías, el profesional que renunciando a la ética que juró
respetar, copia y pega trabajos que de otra forma no le permitirían ganar
licitaciones o que falsea cantidades a emplear en las obras que ejecuta y se
enriquece contando con la complicidad de los funcionarios y los titulares de
las entidades licitantes. “Con la KE Y
KO, se podrá hacer negocios”, se repiten, mientras colaboran
generosamente con el empoderamiento, por enésima vez, de la corrupción y
amplían desde ya el número de sus empresas para armar sus consorcios cerrados
que les permitirán recuperar lo ya invertido.
Que una mayoría de peruanos haya reconocido en forma implícita que una
señora complicada en las explicaciones de cómo financió sus estudios
universitarios, que fue cómplice de una dictadura que institucional y
políticamente destruyó el país y que ahora está implicada en relaciones con
empresarios que son gestores de empresas off shore, que principalmente sirven
para cometer actos económicos delictivos
y que además tiene a sus familiares directos como prófugos de la justicia por
delitos que no son keikos de a sol, no tiene, no puede tener otro nombre: VERGÜENZA
NACIONAL. Bueno, para quienes nos queda vergüenza.
Por todo ello Abril, será a partir de ahora, y mientras no recuperemos
la vergüenza y la dignidad para nuestros hermanos que han errado, por
conveniencia o por miedo, el camino que nos señalaron nuestros héroes, mártires
y santos, EL MES DE LA VERGÜENZA PARA EL PERÚ.
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