lunes, 23 de abril de 2012

OYEME COMANDANTE II : OLLANTA NO VA, CONGA TAMPOCO


Con fecha 21/06/2011, en este mismo blog (www.muniredperu.blogspot.com), escribí una carta al recién electo Presidente del Perú Ollanta Humala Tasso (Óyeme Comandante) y en ella le advertía de los peligro del poder. Qué duda cabe que no le prestó la más mínima atención, por ello muy pronto inició, así se lo aconsejaron los “lamebotas” a quienes prestó atención contra mis recomendaciones, el desembarco del su equipo de gobierno y asesores de todos aquellos “compatriotas” que concibieron el Plan para la Gran Transformación, porque eran sumamente peligrosos para la estabilidad de su gobierno. Y así terminó designando a un premier.., que sin una pizca de vergüenza, reivindicó el gobierno del presidiario de la DIROES (Sooooy inocente).
Esta semana leyó, acartonado, un discurso que le escribió algún plumífero a sueldo y allí repitió la monserga harto sabida desde que aquel personaje que dijo que no había que trabajar siendo presidente porque “la plata llegaba sola”, eso de que sin minería nos morimos de hambre y que si Conga no va, no habrán recursos para la inclusión social. Qué pobre argumentación, cuando aquí en este mismo blog, hemos difundido un documento sobre qué habría que hacer para que sin llevar a cabo una sola inversión más el país pueda disponer de una mayor cantidad de recursos para hacer precisamente aquello que don Ollanta dice que sin Conga no se puede hacer. Cito textualmente lo allí sostenido por un investigador de primera línea, Pedro Francke: Por un lado, la inversión minera de varios proyectos grandes no hubiera ocurrido, por lo que habrían entrado US$ 2,440 millones de dólares menos a nuestra economía. Habrían habido 5,600 millones de dólares menos de exportaciones, pero también 2,500 millones menos de importaciones (insumos y maquinaria). Pero el efecto más importante es que, producto del impuesto a las sobreganancias, las utilidades que las trasnacionales se llevan habrían disminuido en 11,100 millones de dólares. Sumando todo, con estas medidas nuestra balanza de pagos habría estado MEJOR, no peor, en 5,600 millones de dólares. En otras palabras, el ingreso nacional hubiera sido 5,600 millones de dólares MAYOR, no menor, que lo que fue. (ver Diario La Primera del 17/04/12 o este blog penúltimo artículo).
Pero claro, ir contra la derecha oligárquica y recalcitrante, que representa aquí los interés del gran capital y específicamente de las transnacionales de Estados Unidos, que hay que diferenciar del pueblo norteamericano, es poner en riesgo la estabilidad y alinearse con Venezuela, Cuna, Bolivia, Ecuador, Nicaragua - el eje del mal para los explotadores que creen que los países pobres son la chacra en la cual pueden, con el poder de su dinero hacer lo que les de la gana - y nuestro Presidente, que no tiene la más mínima convicción ideológica (la escuela de las Américas le ganó de lejos y por goleada a Isaac), no va a tomar jamás esa decisión. Mal por él, mal por el Perú.

En esta carta, no voy a reconvenir al comandante como lo hice en la carta citada anteriormente, solamente voy a decirle que se equivocó de país y de tribuna.
Óyeme comandante, jamás debiste agitar ante los que pretendías  y fueron tus electores, una bandera en la que no creías, porque ello se llama embuste y los embusteros siempre terminan mal, pero lo peor es que originan dolor, muerte y desolación a su paso.
Óyeme comandante, has terminado con el sueño que hiciste abrigar a los peruanos más humildes, porque como los derechistas más recalcitrantes, repites ahora el discurso de que se puede consolar a un pueblo que ha sido mancillado en su dignidad con ofrecimientos de carreteras, pistas, agua potable, luz eléctrica y proyectos de desarrollo, así hablaba tu antecesor el de “la plata llega sola”. Crees, así lo muestra tu acartonado mensaje, que puedes reivindicar el engaño y atropello a una doncella digna ofreciéndole una casa y una mensualidad  “para sus gastos”, hombre. En que poca valía tienes el honor y pensar que alguna vez alzado en armas en Locumba reivindicabas el honor del ejército peruano envilecido por las lacras que nos gobernaban. Óyeme comandante dudo ya de que tanta belleza que el pueblo creyó de ti sea verdad, más ahora que ahora muy pulidito tú, porque así te lo aconsejan tus lacayos asesores a sueldo de la Yanacocha, has vuelto a repetir que CONGA SI VA. Cada vez te pareces más a aquellos a quienes pretendiste defenestrar. Triste de veras.
Óyeme comandante Conga no va a ir. Y no va a ir porque detrás de esa decisión está un pueblo que alguna vez intentaste representar y que se ha dado cuenta de que un mentiroso más lo sorprendió usando sus esperanzas y su cariño. Y no hablo solamente del pueblo dignísimo de Cajamarca, hablo del pueblo del Perú.
Óyeme comandante quien no va más, no con el pueblo pobre y digno por lo menos, eres tú. A partir de ahora escucharás este grito cada día y cada noche, en cada sueño y en cada pesadilla: OLLANTA NO VA, porque realmente el pueblo peruano te quedo muy grande, comandante, NO VAS.

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