miércoles, 23 de marzo de 2016

POR QUÉ MARCHAR EL 5 DE ABRIL

Vamos a suponer que Ud. o yo somos hermanos, hijos, condiscípulos o compatriotas (de verdad, no esa infame denominación que Oh-llanta Uh-mala pervirtió) de un hermano, hijo, hija, condiscípulo y somos en verdad compatriotas en el sentido más noble de lo que esa acepción significa, de uno de los miles de asesinados por las fuerzas represivas ilegales que tuvieron vigencia durante el gobierno de Fujimori (el grupo “colina” por ejemplo) o de una de las 300 mil mujeres esterilizadas contra su voluntad, que vieron apagarse la esperanza de generar vida como una de las funciones más sublimes que les han sido encargadas por el Divino Hacedor, o en fin, de la madre humillada y hasta torturada por quien se reclamaba su compañero de vida.
¿Qué sentimiento nos invadiría el saber que alrededor de 30 de cada 100 peruanos, no le importa en absoluto lo que pasó con la vida de nuestro hermano, hermana, hijo, condiscípulo, compatriota?. Creo yo, una inmensa frustración, desde la concepción de los más nobles sentimientos que puede encerrar el concepto de Patria, de humanidad, de decencia, de ética, de amor al prójimo como esencia de una fe que inclusive proclamamos profesar. Así mismo, de una dolorosa impotencia, que necesitaríamos expresar de algún modo.
Quienes no formamos parte de ese lamentable y doloroso 30 por ciento, vamos a expresar esos sentimientos de frustración y de dolorosa impotencia ante la comprobación del inmenso daño que el fujimontesinismo y la cómoda desidia de quienes le siguieron en el gobierno, han hecho y con una inacción cómplice han promovido en un sector inmenso de nuestro país.
Por eso, porque es un mandato imperativo de nuestra conciencia, que se niega a convalidar que la persona que representa lo más horrendo del gobierno corrupto y asesino que lideró su progenitor (padre es otra cosa), sea erigida por los manipuladores de la mafia mediática como quien representa la primera opción que hemos elegido como país; por ello, este 5 de abril, vamos a marchar en las calles para hacerle saber que las encuestadoras con sus “muestras estadísticas” pueden darle el respiro que su alma ahogada en los vericuetos de la complicidad que arrastrará hasta la tumba, necesita, pero con esa multitudinaria manifestación le haremos saber que los peruanos no vamos a permitirle el falso sosiego, - ni ahora, ni nunca -, que le acercan los datum los ipsos, los gfkas, y los medios de comunicación concentrados y la telebasura.   

Porque quienes afortunadamente  conservamos un mínimo de amor por el otro, entendemos y somos capaces de asumir el rechazo rotundo a que nuestra Patria sea representada por reptiles que se presentan como inofensivas criaturas cuando en realidad son las más letales y venenosas sierpes.

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