La revelación de los secretos
conocidos a voces, en el sentido de que los congresistas aprovechan su poder
político para lograr la asignación de obras de infraestructura a sus regiones, beneficiándose económicamente a través del pago de jugosas “comisiones”, es
negada de mil maneras por aquellos que se han beneficiado por el perverso
mecanismo y confirmado por quienes saben, que esos hechos han ocurrido y
ocurren en realidad principalmente a través de la Comisión de Presupuesto del Congreso de la
República, "jugando en pared" con los ministerios que manejan los presupuestos del sector
transportes, vivienda, educación y salud principalmente.
Y, ¿cómo es la nuez, pues?. Sencillo. Se trata
de incluir en los anexos de la Ley de Presupuesto que presenta el ejecutivo,
pero que modifica y aprueba el legislativo, aquellos proyectos que les
interesan a los congresistas “que tienen llegada” con el gobierno. Luego de
ello ya se tiene la herramienta para presionar, a través de la presencia del
gobernador regional, alcalde provincial o distrital potencialmente beneficiado, en el respectivo ministerio. Esto incluye la presencia de las empresas
potencialmente interesadas o preseleccionadas por el congresista que "gestiona" la obra o proyecto, esto con el fin de establecer los “mecanismos” de la “repartija”.
Una vez aprobado "en las alturas" el
expediente técnico de la obra, se procede al desembolso (Resolución Ministerial de por medio o inclusive decreto supremo) y se ejecutan los “acuerdos”.
Se simulan los procesos de adjudicación de las obras y “todos salen ganando”,
claro, quien pierde es el pueblo, porque debido a la obligación de las coimas a
pagar, o sufre la calidad de la obra, o se sobre- valora a fin de poder “cumplir
con los compromisos”. Hay casos. la mayoría en que se incurre en los dos viciios; es decir se sobre-valora la obra y esta es de pésima calidad.
Oiga, ¿ y, por qué es tan
importante la Comisión de Presupuesto para estos procesos?, pues, debido a que
es la Comisión que elabora y aprueba los dictámenes que luego se aprueban en el
pleno del congreso y estar allí otorga el poder para incluir o retirar
proyectos de obras.
Y, ¿qué pasa si la obra no logra
incluirse en los anexos de la Ley de Presupuesto aprobada por el Pleno del
Congreso y promulgada por el ejecutivo?. Sencillisimo. Existe la figura de los
famosos créditos suplementarios, que son una especie de “adendas” que el
ejecutivo envía en el transcurso del año al legislativo y que igual son
sometidas al Pleno previo dictamen de la importantísima Comisión, o deberíamos
decir quizá, “Coimisión” de Presupuesto.
Así pues ser miembro de la
Comisión de Presupuesto convierte al congresista con esa función en una especie
de cajero con capacidad para otorgar recursos a quienes sean de su partido o a
quienes estén dispuestos a “matricularse” en esta importante mafia que viene
funcionando hace mucho, muchísimo tiempo en nuestro sufrido Perú.
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