EL 30 de Noviembre pasado, Michel Porter, experto internacional en competitividad, dictó una conferencia sobre el tema en la Universidad del Pacífico y en una abierta y frontal crítica constructiva – denostada “in extremis” por el presidente Alan García y algunos de sus ministros y funcionarios, expertos economistas tradicionales, amén de una serie de colaboradores periodístico aproadictos – dijo entre otras cosas lo siguiente:
Que el Perú carece de una política de largo plazo en materia de competitividad.
Que la economía peruana no tiene un rumbo definido.
Que el crecimiento económico del Perú –hecho que la estadística confirma- no se ha reflejado en beneficio de la mayoría de la población.
Que el Perú ha vivido estos años “una ilusión exportadora” porque las cifras en azul proceden del alza de las materias primas, mientras que nuestra exportación de productos con valor agregado permanece inmóvil.
Que el Perú padece de un atraso dramático en relación a la invención y la tecnología. “El Perú -apuntó- no sólo no ha avanzado en este rubro: parece haber retrocedido”.
Que la mayor parte de la inversión extranjera “no viene a crear nuevas empresas sino para comprar negocios ya existentes”. Y añadió, con espantosa exactitud, lo siguiente: “Cuando un inversionista piensa en una nueva fábrica no piensa en el Perú”.
Que, a largo plazo, las dificultades del Perú tendrán que ver con la baja productividad, la pésima educación, el deficiente sistema de salud, las debilidades en infraestructura física, la desigualdad social, la aplastante corrupción y el alto nivel de informalidad.
Que los éxitos peruanos de los últimos años pueden irse al demonio sino limpiamos el sistema judicial, sino defendemos los derechos de propiedad y si no fumigamos y reordenamos la disuasiva burocracia creada para entorpecer.
Y, finalmente dijo que el TLC con China tiene tal grado de asimetría que corremos el riesgo de quedarnos congelados como abastecedores de materias primas, que es como los chinos nos ven también en el futuro.
Y, ¿dijo algo Porter sobre la importancia de las regiones en el diseño de políticas concurrentes al desarrollo nacional?. En efecto., señaló que:
El desempeño económico varía significativamente a lo largo de las regiones que componen un país (provincias, estados, áreas metropolitanas, etc).
Que muchas de las palancas esenciales de la competitividad nacional se encuentran en el nivel regional y,
Que cada región se especializa en determinadas y diferentes productos o cadenas de producción y que la fortaleza estas cadenas o clusters de producción tiene un impacto directo en el desempeño de la región.
Que cada región requiere su propia y distintiva agenda para desarrollar su competitividad, y finalmente,
Que mejorar la competitividad requiere de una efectiva política de colaboración entre las regiones y el gobierno nacional; que la descentralización de la política económica es especialmente importante en países con amplio territorio, pues favorece la especialización regional, la competencia interna y el fortalecimiento de gobiernos regionales responsables y comprometidos.
De acuerdo a lo señalado por Correa Cánova en una ponencia presentada al Encuentro Económico Piura 2008, titulada “Infraestructura, Competitividad, Bienestar e Integración”, el reporte de Competitividad Global ubicaba al Perú en el puesto 74, señalando a Piura con un Índice de Competitividad Media de 0.50, sobre 1.00. El reporte de la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de la Competitividad, Perú Compite, en el 2009, reportó para Piura un índice de 0.5109, ubicándose en el décimo lugar en el orden de mérito a nivel nacional, encontrándose por debajo de Arequipa, Lima, Tacna, Ica, Moquegua, Lambayeque, La Libertad, Ancash y Junín.
Siendo este un año electoral (Regional/Municipal) será de mucho provecho que nuestros abundantes y “competitivos” candidatos al gobierno regional y gobiernos locales tomen nota de estos importantes indicadores y aún más los conozcan a profundidad a fin de que sus propuestas tengan correlato con una realidad que necesitamos transformar permanentemente pues eso significa la competitividad, salvo que como hasta ahora nos durmamos en nuestro “banco de oro” y una vez más como hasta ahora lleguemos tarde a la rampa de lanzamiento hacia el futuro.
Basta ya de experimentos estériles y de calmantes baratos y populacheros. Piura y el Perú requieren del trabajo consensuado de sus mejores capacidades y de ello deben darse por notificados los aspirantes a presidente y consejeros regionales y a alcaldes y concejales provinciales y distritales en nuestra región y nuestra patria.
Sullana 09 de Enero de 2010
JOSE A. PATIÑO ANGELDONIS
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