martes, 22 de octubre de 2013

¡Oiga usted, no mienta!


Por considerar de suma importancia y actualidad, consigno el artículo del Dr. Nelson Manrique, publicado hoy en el diario La República . Por favor lea y difunda.

Martes, 22 de octubre de 2013 | 4:30 am.

“¡De ninguna manera ser excluido de las investigaciones! ¡No mienta! ¡No me cambie el sentido de las cosas!”, impetra un indignado Alan García a la sorprendida periodista Roxana Cueva cuando esta le menciona su demanda de ser excluido de la investigación que le sigue la Megacomisión del Congreso sobre irregularidades cometidas en su pasado gobierno.
Según García, él nunca pidió ser retirado de la investigación; solo que se respete el debido proceso. Todo en el contexto del cambio de versión del narcotraficante Carlos Butrón, “Brasil”, quien anteriormente declaró contra los funcionarios apristas que participaron en la concesión de indultos y conmutaciones de penas a narcotraficantes, afirmó que el Apra había formado comandos para matarlo, y ahora ha cambiado su versión, se desdice de sus pasadas afirmaciones, jura que los funcionarios apristas son inocentes y acusa a la Megacomisión encargada de investigar al gobierno de Alan García de haberlo presionado y de –para variar- amenazarlo de muerte.
Sin embargo la, pregunta de Roxana Cueva tiene una base sólida. El 26 de junio la defensa de Alan García presentó una acción de amparo pidiendo que lo retiraran de la investigación que le sigue la comisión presidida por el legislador Sergio Tejada. El 25 de setiembre un segundo recurso demandó que la Megacomisión se abstenga de continuar la investigación en su contra. La respuesta a esta demanda, contenida en la resolución judicial firmada por el juez Hugo Velásquez Zavaleta, del Quinto Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Lima, rechaza explícitamente su pretensión: “Se declara improcedente el pedido de suspensión de la investigación parlamentaria iniciada”.
La verdad es poco popular en el sistema político peruano. Alan García inicialmente calificó de “mentiras” la acusación de haber indultado y conmutado penas de prisión a narcotraficantes. Afirmó frente las cámaras de TV que “no se concedió ni un solo indulto” en los casos de tráfico ilícito de cocaína. Negó haber liberado a bandas de narcotraficantes y proclamó orgullosamente que, de volver a presentarse circunstancias similares, “volvería a hacer” lo que hizo (http://bit.ly/12xVhJM).
Quien quiera encontrar alguna verdad en estas afirmaciones va a pasar un gran trabajo. García liberó a 5.500 delincuentes, entre los cuales figuraban 3.274 sentenciados por narcotráfico y de estos 400 habían sido condenados por narcotráfico agravado. Liberó a bandas completas de narcotraficantes, como la de Amelia Emperatriz Reyes Alfaro, Lesly Yanira Zárate Quiroz y Demis Edgar Benavides Reyes; la de Percy Andrés Farías Aguirre, Jorge Andrés Farías Balarezo, Rosa Esther Huerta Aguirre, Milagros Leonor Farías Aguirre, y Juan Carlos Farías Aguirre, así como la de Julio Roberto Rodríguez Chavarro, Roberto Xavier Boponti Correa, Jani Ysminio Alegría y Alberto Gutiérrez Perdomo. García liberó además a 1.600 delincuentes condenados por robo agravado, que usaron armas letales para cometer sus fechorías, provocando lesiones y muerte a sus víctimas. En algunos casos redujo las condenas incluso por debajo de lo propuesto por la Comisión de Gracias presidenciales presidida por su correligionario Miguel Facundo Chinguel (http://bit.ly/10M9lsq), quien –¡oh sorpresa!– estuvo en la mesa de honor en la ceremonia de “desagravio” que le ofrecieron a García en el local del partido aprista.
Alrededor de 200 de los narcotraficantes liberados por García han reincidido, han sido descubiertos y han vuelto a prisión. Algunos usaron su libertad para violar mujeres y menores y para asesinar. El retorno de los angelitos a las primeras planas continúa: esta semana se capturó a Edwin Javier Valenzuela con cuatro toneladas de droga. Valenzuela fue condenado a 12 años de cárcel en el 2004 por traficar cocaína a través de Serpost, la oficina postal de la que Facundo Chinguel fue presidente, y en el 2010 recibió una gracia presidencial que redujo su sentencia a la mitad, con el compromiso –que obviamente no cumplió– de irse del país. Adivinen quién lo liberó.
Aparte del ahora preso Miguel Facundo Chinguel trabajaron en la comisión de gracias presidenciales 19 apristas, incluido Manuel Huamán Montenegro, abogado del cartel “Los Norteños”, previamente condenado a 8 años por narcotráfico, así como Carmen Morales Pebes, internada cuatro veces en prisión por el mismo delito, a la que Facundo Chinguel le redujo su última sentencia de 4 años a 1 año y 8 meses para incorporarla luego a trabajar en su comisión apenas 4 meses después de su liberación (http://bit.ly/11SgNJJ).
Definitivamente aquí no hay buenos aires para la pobre verdad.

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